jueves, 24 de noviembre de 2011

::Pa Negre::Pan Negro::Dir::Agustí Villarronga::España::2010::



Una película ambientada en los duros años de la posguerra en Cataluña, donde un niño es quien desde su visión del mundo y de su contexto, narra de manera directa y sutil, las desavenencias de la guerra y su posición de perdedor en la tierra de “los ganadores”. Todo esto de acuerdo a lo que los adultos creen es lo correcto para las nuevas generaciones. Andrew, en compañía de sus amigos y compañeros de clase, nos muestra paso a paso, el desarrollo de una conciencia moral forzada y forjada por la otra historia contada por los adultos, una historia llena de mentiras, viciada por el poder y el despotismo. 


La guerra y la población civil, la guerra y los niños es un asunto que parece no acabar nunca, y es triste tener que ponerle más niños a una guerra que no diferencia edad, genero, nada. Situaciones complejas que interfieren seriamente en el desarrollo de las personas, pero que al mismo tiempo obliga a adquirir cierto sentido sobre las cosas, que terminan siendo las razones que definen la identidad de la gente que ha vivido la guerra en forma directa. Es una suerte de contingencia, que ayuda a sobrevivir en un mundo donde el rechazo por ser “perdedores”, desarrolla la inteligencia, las ganas de vivir y ser mejores cada día.


Esta historia comienza con poderosas imágenes que nos hacen estremecer, acercándonos de manera inmediata a un contexto de violencias encarnadas en las contiendas de la guerra y la posguerra; una carroza con su caballo caen por un abismo, un niño con su padre ya muerto dentro ésta misma no tienen otra salida, Andrew descubre en medio del bosque la fatal imagen, el niño moribundo trata de decir unas palabras, y es aquí, donde empieza esta cinta. 


Basada en la novela que lleva el mismo nombre de Emili Teixidor, “la película conserva una línea literaria con narraciones ancladas en la posguerra de Plana de Vic natal, y entre las que destacan los cuentos Sic transit Gloria Swanson y otra magnifica novela: Retrat d’un asáis d’ocells.”


Tratándose de una emocionante película, los elementos con los que esta hecha la cinta para rescatar son sobre todo, la simple manera de grabar una obra al estilo clásico con un fuerte contenido en el lenguaje fílmico, la gran diferencia en el carácter de los personajes, la docilidad ingenua de la niñez y la dureza mentirosa de los adultos, reflejada a través de la enseñanza y el aprendizaje en algunos pequeños personajes.      
   

“Por nada del mundo dejes que tus ideales sean vulnerados”, simbólicamente, la vida de las aves es un referente que tiene mucho que ver con el ímpetu que emanan tus ideas, con las ganas de ser libre en un mundo donde ello es casi imposible, donde paradójicamente, las rejas entre el mundo de la libertad y la miseria, se convierten en la excusa para dejar ser libres a otros, para dejar que sus sueños vivan y su futuro cambie. Un poco cristiana esta acepción de la vida, sobre todo porque en las sagradas escriturar, Jesús murió en la cruz por la libertad de los hombres, pero resulta que es más creíble lo que un padre puede hacer por sus hijos. Sin embargo, todo puede ser diferente.


Es la perdida de la inocencia, la madurez forzada por causa de la hostilidad de “los grades”, es el descubrir progresivamente los secretos de la vida, es advertir un futuro en medio de la guerra, es tomar decisiones, es familia, no es familia, es renunciar al pasado, es historia contada, es recordar para luego olvidar, es no olvidar, es creer, es no creer, es perder el miedo a ser uno mismo, es no pensar en lo que no se debe hacer o ser sino mejor simplemente, ser.


@JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

::El tiempo del lobo::Le temp du loup::Dr::Michael Haneke::Alemania-Austria-Francia::2003::


En Alemania existe un mito que se conoce como “El tiempo del lobo”, es el momento anterior al Apocalipsis, en el que se invierten los valores y caen las más altas torres de la estructura cultural formada por los seres humanos a través de la historia.



Según este mito, que no debe estar lejos de convertirse en ciertas realidades visibles a nuestros ojos, sobretodo porque el hombre moderno permanece en una clase de alarma constante, en una especie de “sociedad del riesgo” como lo plantea Ulrich Beck en su propio libro (La Sociedad del Riesgo), donde el miedo no es simplemente un fragmento temporal, un momento, sino más bien un estado; el “tiempo del lobo” es, y según la interpretación de Haneke, ese confuso período de caos y tranquilidad, de subsistencia e instinto de supervivencia y en el que lo único que tienen las personas para agarrarse es sólo, su propio presente.


Aunque es una película muy poco conocida, yo diría que ignorada por la mayoría del público ya que es una cinta de un director con una trayectoria poco comercial, es una obra que todos deberíamos ver, que todos deberíamos no solamente ver sino también analizar, luego socializar y reflexionar con respecto a todo lo que tiene que ver la modernidad y el papel de los seres humanos y las relaciones con nuestro entorno, el mundo, y el planeta tierra.


Resulta después de esta breve introducción, algo que en la película no alcanzamos desde un principio a descifrar, y es la pregunta acerca de qué es lo que está sucediendo, asunto que tal vez será muy difícil saber con certeza sobretodo por la particularidad con que este director se refiere a este tema, el “caos” de una previa Apocalipsis surgido de diversas situaciones. La verdad es que la cuestión nos acompaña toda la cinta, que además no tiene banda sonora y se desenvuelve en su totalidad con sonidos ambiente y escenas con una fotografía merecedora de los más sinceros aplausos.


La pérdida de ciertos valores humanos, la recuperación de otros con las diferentes adaptaciones a un contexto, forzados por aquello que sucede en las grandes ciudades, la desazón, el estrés, las grandes desilusiones, los fracasos, la falta de empleo y oportunidades, la indolencia, la indiferencia y muchas cosas más se apoderan del éxodo hacia el campo, ese campo que sin advertir fue viendo como sus tierras se desocupaban cada vez más y que llevaban a sus gentes a ocupar esas grandes selvas de cemento, lugar que alguna vez pensaron era la solución de sus problemas y la salida de la pobreza, ahora se ha convertido en su propio mal y los ha expulsado. De nuevo en el campo, ya no hay marcha atrás, los vicios y costumbres citadinos esperan un tren que nunca llegará, no habrá regreso y las esperanzas serán cada vez más una ilusión fugaz.


No debe ser bueno pensar qué será de nuestra especie en momentos previos al Apocalipsis, debe ser, sin saberlo, la frustración de todos nuestros sueños, de todos nuestros proyectos; pero es más duro aún, saber que la escasez de ciertos recursos naturales como el agua, los alimentos y otros elementos esenciales para el hombre son una realidad y no creo que éste sea ese momento final de confusión y caos, pero se parece. 


Haneke, amplía la mirada de su “objeto de estudio” a toda la sociedad moderna, estudia las causas, las reacciones y/o posibles reacciones de la sociedad occidental por la destrucción masiva de los recursos naturales y es esto lo que precisamente moldea a cada personaje y nos muestra que es más poderoso el instinto de supervivencia que el mismo miedo y que bajo esos instintos de supervivencia, acompañados de ciertas formaciones culturales y morales, el ser humano se deja llevar por situaciones que más que destruir, construyen nuevos y afianzados valores como el compañerismo, la solidaridad, la necesidad de contar con las personas que te rodean para poder sobrevivir. Sin embargo, Haneke también nos deja ver que, por el contrario a los valores anteriormente mencionados, el ser humano sucumbe ante cualquier excusa para librarse de quien no sirve para nada, para poder avanzar en el camino de la reestructuración de una nueva sociedad. “La solidaridad necesaria para conseguir los medios para sobrevivir pasa a ser, una vez estos están en la mano, egoísmo para conseguir utilizarlos en la mayor medida posible”.


“El Apocalipsis sin ciencia ficción”, un subtítulo que deja ver un realismo constante sin prejuicios, deja ver los desafíos enfrentados por la imaginación, sin convencionalismos, para contar una historia de la mano de una de sus protagonistas Isabelle Huppert, quien una vez fue “La Profesora de Piano”, magna actriz como siempre que plasma en su personaje tal realismo que nos deja una sensación literal de desesperación y  severidad sin tregua alguna.




JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

martes, 22 de noviembre de 2011

LAS PELIS PARA DICIEMBRE

CICLO CINE EXPERIMENTAL 
:::: ÚLTIMOS HALLAZGOS ::::


Domingo 11 dic . Arrrebato dir: Iván Zulueta



Domingo 04 dic. happy end dir: Oldrich Lipský

Martes 27 diC . Flirt dir: Hal Hartley

Domingo 25 dic. Koridorius dir: Sharunas Bartas

Martes 13 dic . Film Socialisme dir: Jean-Luc Godard

Martes 20 dic . Du Levande dir: Roy Andersson

Martes 06 dic . Tropical Malady dir: Apichatpong Weerasethakul


Domingo 18 dic . Valhalla Rising dir: Nicolas Winding Refn


FUNCIÓN TODOS LOS MARTES Y DOMINGOS DE DICIEMBRE
7 P.M ENTRADA GRATUITA.

::: EL  CINE  ES  UN  ARMA  QUE  DISPARA  24  IMÁGENES  POR  SEGUNDO :::.


viernes, 11 de noviembre de 2011

::Dans Ma Peau::(En mi piel)::Marina de Van::Francia::2002::



Opera prima de Marina de Van, una película con un cuento puramente artístico, donde rebosan sentimientos que se reflejan a través de lo estético, de lo sensible, de esa mirada incomprensible de un mundo interior y tan intimo, en el que pocas personas pueden entrar, pero que al mismo tiempo nunca sabrán la forma adecuada de salir.




Una cinta escrita, dirigida e interpretada por su propia directora, una bailarina y actriz francesa capaz de establecerse en el ámbito de las artes escénicas como una reproducción latente de sensaciones y sentimientos únicos en personas que viven y han convertido su disciplina en sus gustos, sus gustos en disciplinas, transgrediendo así todo sentido convencional en cuanto a las relaciones entre el cuerpo, los objetos y el espacio.


Esta película explora la dimensión cultural del dolor en una sociedad donde toda interpretación al respecto suele manifestarse como un tabú frente a la autoflagelación, la autodestrucción del cuerpo buscando el placer a través de prácticas no muy “sanas” pero vistas desde el arte como una forma de escapar de parámetros sistémicos impuestos por un “orden social” salido de todo pensamiento subjetivo.  


Todo esto parte de cierta obsesión que los hombres, el ser humano, construye en relación con el cuerpo, su cuerpo, lo cual surge de diversos bastimentos culturales que le dan forma al concepto de “cuerpo” desde las distintas sociedades en el mundo. (Lo que para unos es un asunto normal, para otros, esos aspectos pueden ser vistos como las formas de vulnerar aquello tan sagrado), herramienta en la tierra para el desarrollo de un ser espiritual. Fenómeno que desde el arte alcanza a ser visto desde otra perspectiva, dependiendo eso si de la cosmovisión en cada individuo, de cada sociedad, de cada contexto, como ese elemento que lo es todo en la vida pero que puede ser socavado sin asomos de moral como lo vemos a diario en nuestras exigentes sociedades modernas, donde podemos sentir al igual que Esther (Marina de Van) el vacío interior donde somos arrojados al tratar de ser parte de las falsas sociedades, competitivas, degradadas y derruidas por la envidia, el desamor, la soledad, el miedo, la depresión, el estrés y cuantas cosas más nos quieran implantar, como único y desfasado signo de control social.


Este radical discurso tan difícil de digerir, como creo que debe ser la carne humana y sobre todo si se trata de nuestra propia piel con sus músculos, forma parte de ciertas patologías que van más allá de un simple comportamiento enfermizo adscrito a procesos personales con características exageradamente complejas, aspectos psicológicos fundados desde una humanidad aparentemente normal pero que sufre constantemente errores de fabricación en la planeación para el buen desarrollo del ser en sociedad. 


La idea tampoco es buscar culpables, porque acá en esta película no hay psicópatas, ni asesinos y mucho menos señalaremos a una sociedad que busca monstruos que inspiren cintas de terror. Existe si, una mujer normal que encuentra otras y distintas sensaciones en su propio dolor, en la destrucción, arrancando con tenedores y pedazos de hierro su piel, su carne porque así se siente libre de hacerlo, impulsada por su pasión y las ansias de una artista, publicista en la película, que alguna vez se imaginó su vida placenteramente dividida en piezas corporales.


Una cámara subjetiva elabora muy bien el plano corporal que está siendo cercenado, cortado, para saborear el rojo de la sangre. Rastros de ésta se amplían a los ojos de los espectadores mareados como si fuéramos nosotros quienes estuviéramos haciendo lo mismo que la protagonista en primera persona, excelente componente para transmitir esos momentos mórbidos y claustrofóbicos. Escapar del mundo real es el objetivo de Esther. Deslizándose en el suelo de una habitación y dentro de si misma ella se aparta del mundo material y sus banalidades para sumergirse en los placeres del dolor, en el placer de no existir nunca más.     


::Dans Ma Peau::Dentro de mi piel::
::Marina de Van::

@JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

viernes, 4 de noviembre de 2011

::Chloe::Dir::Atom Egoyan::Canadá::2010::


Atom Egoyan es un cineasta armenio, criado y hecho en Canadá. Es la primera vez que este creador parte de una historia y un proyecto ajenos para realizar un producto sensible a los ojos de las culturas americanas. “Al parecer, fue su compatriota Ivan Reitman, director de Cazafantasmas o Poli de guardería aquí haciendo las veces de productor, el que ofreció a Egoyan la posibilidad de dirigir un remake de la cinta francesa Natalie X, una historia sobre una esposa burguesa que decide contratar una prostituta para que “tiente” a su marido y vea si este es capaz de mantenerse fiel contra viento y marea. Por algún motivo, Reitman pensó que Egoyan se podía llevar a su terreno este triángulo muy poco amoroso”.


Después de este dato, quedan las puertas abiertas para ofrecer a ustedes lectores, cierta ubicación en los distintos contextos de seres humanos como todos nosotros, en las formas y contenidos de las realizaciones firmes y fieles a nuevas interpretaciones basadas en los asuntos de la vida cotidiana, situaciones que, como se nos muestra en la cinta, van y vienen untadas de cada sensación, de cada olor, color y atmósferas envenenadas de obsesión.

Casi siempre tras un obsesionado deseo hay una mentira, tras una mentira podemos encontrar un deseo dando vueltas en nuestras cabezas, enfermos pedazos poliformes de pensamientos incesantes, deseo de venganza e imaginaciones exageradamente infecciosas que atentan contra nuestra salud mental y física.



Esto le sucede a Chloe, una hermosa y extraña mujer (Amanda Seyfried) quien desempeña muy bien su trabajo como “dama de compañía”. Cuando comienza la película, una voz en Off de ella misma, describe lo que significa su labor y nos introduce poco a poco en su mundo, ofreciéndonos con sus palabras lo que sabe hacer y la manera como lo hace.

Las críticas no están direccionadas específicamente hacia la cinta, pero si tienen mucho que ver con el nuevo cine que plantea éste director, sin embargo, persiste en su trabajo por enmarcar lo más oscuro y temible de la humanidad, clasificando desde su narrativa, como lo hacía anteriormente, las vanguardias y lo experimental dentro de un nuevo cine “Glam”, no tan radical, que deja en el espectador la sensación de que estuviera viendo una novela o historia parecida con algunos tintes románticos mezclados con la simpleza y apatías desbordantes de las relaciones humanas, ya sea por los años o por la falta de confianza en si mismos. 


Todo este lenguaje cinematográfico de Egoyan, nos lleva de la mano en un viaje con ciertos aspectos de ThrillerElegante, un drama pasional con crimen incluido y hermosas escenas desnudas entre Julianne Moore y Amanda Seyfried   e imaginados mundos de intensa infidelidad y enfermas obsesiones. 


Nos lleva de la mano pero también nos suelta en el camino, para que podamos los espectadores y cinéfilos empedernidos, darnos cuenta que nuestras vidas son películas con actores principales y secundarios, protagonistas y antagónicos; para darnos cuenta también, que lo que hacemos en cada una de nuestras vidas en cotidiano puede ser una historia digna de un guión con total relevancia  y suficiente público interesado en lo que pasa con tu cuento, porque puede ser parecido a cualquiera de esas otras existencias.



@JaimeRicaurte

miércoles, 2 de noviembre de 2011

::Suspiria::Dir::Dario Argento::Italia::1977::



Un subgénero conocido como cine Giallo, palabra italiana que traduce “amarillo” en español y que hace de éste movimiento cinematográfico mundial, uno de los “experimentos” más reconocidos por los cinéfilos y adeptos a películas como estas, es lo que nos reunió el pasado 31 de octubre, día de brujas a la media noche para disfrutar de una macabra y estridente obra maestra del cine italiano del artesano Argento.



Todo sucede en una exclusiva academia de baile, una vieja y misteriosa casona llena de pasillos, habitaciones y vitrales con grafías parecidas a las obras de Piet Mondrian, formas geométricas con tonos mezclados, rojos, verdes, azules que hacen juego con las mentes perversas de quienes asesinan a sus inquilinos después de ser bien tratados. Detalles “suspense” donde las sombras y los colores permanecen de fondo como escenografías que ayudan a las actuaciones teatrales de Miguel Bosé, Jessica Harper y Stefania Casini.


La verdad es difícil encontrar en este film de terror, un contenido que estremezca, independientemente de la música que si hace erguirse antecediendo las escenas sangrientas. La película, aunque sea de terror, es una cinta que no tiene una lógica alrededor del propio fondo de la historia, asunto que no importa tratándose de lo que este director quiere mostrar al espectador, una serie de escenas acompañadas de asustadoras músicas que logran adecuar en momentos específicos, una atmósfera con resultados visualmente aterradores, obscuros, morbosos, dignos de un cine en una década especialmente apta para tales “amarillismos” estéticos.  

 





@JaimeRicaurte.