Cine Club Orbital Gomosus Cinefilus

Cuando hablamos de cine, hablamos de cosas particulares que cada cual ha visto, vivido alguna vez en su vida, y algo de todo eso se ha quedado grabado en nuestras mentes, son esas escenas en las cuales nos vemos ahí adentro de la pantalla representados por algún ser con poderes tan fabulosos cómo lo es abstraer todos esos elementos cotidianos que nos hacen tan nosotros y transmitírnoslo a través de una pantalla, pero que también nos maravillan con la creatividad que se muestra en una obra cinematográfica; aunque no todo y siempre sea del mismo agrado.


“Que manada de gomosos, carcamales y vagos estos de Orbital, que no se la pasan sino quemando mafafa y viendo películas toda la noche”, cualquiera diría que eso es lo que hacemos, y hasta más o hasta menos, pero bueno, ¡¡¡aquí se vino fue a ver películas y hace más de 4 años que estamos haciendo tumulto en la sala de cine improvisada que resultó de un día de desparche y ocio de todos los comensales que han venido a ver una cinta!!!. ¡¡¡Sí hacemos la cuenta de todas las personas que hemos asistido asiduamente al Cine Club en sus cuatro años llenaríamos el Metropolitano carajo!!! Pero sólo en el área de miembros honoríficos jajaja. 


Un cine club es principalmente un lugar que se adecua para presentar películas, verlas y pensar en una cantidad de aspectos que hacen una cinta de cine y que supera cualquier tipo de proceso creativo hasta el momento, a mi modo de ver, por eso hace parte del arte.

Practicar cine es algo que tiene que ver con un culto al conocimiento, es renunciar a la misa y sus repetidos sermones los domingos y dedicarse a vivir y lo mejor es que puede llegar a convertirse en una especie de cura sanadora que impida la enfermedad que causa el alineamiento total que imponen los medios de ‘incomunicación’ como la TV y cierto cine comercial.

Nuestra función es fomentar la crítica cinematográfica, desarrollar en el espectador la capacidad de analizar y decodificar todos y cada uno de los elementos que componen una película, es al fin de cuentas alcahuetear la pereza de quien no gusta leer.