miércoles, 25 de mayo de 2011

::Balada Triste de Trompeta::Dir::Alex de la Iglesia::España::2009::


 “En este mundo no hay nadie que  no esté completamente loco”


¡¡¡No era para esperarse menos!!! La última producción cinematográfica de éste maestro del cine español, nos muestra una mezcla de machetazos rebanadores de humor negro con pedazos de falsa moral dictatorial.

En la época de Franco en España se recrea éste filme. Las contradicciones son palpables, la dictadura Franquista impone su estilo dominantemente político ante el estilo y formas de vida circenses, pero nadie más parado que un payaso con convicción, nada más definido que el carácter de quien sabe para quien está trabajando y para qué sobretodo, los niños. En otras circunstancias, los payasos son aquellos quienes no saben que hacen y para quien trabajan, argumentando una supuesta libertad que tiene que ser alcanzada a costa de la muerte de los demás, del sufrimiento de personas que lo único que quieren es reír, demostrando con esto, que están cerca de la “felicidad” y la auténtica libertad.

Mejor que aquellos “Payasos Asesinos” de Stephen Chiodo, ésta película deja ver y nos dice que todo lo que hay detrás de esos seres con la cara pintada, no es solo paisajes de entera felicidad, no es simplemente un chiste, tropezón o chascarrillo que tanto nos hacen reír. Pero confieso          que, a modo de experiencia personal, siempre tuve miedo de estos seres de caras pintadas y voces estridentemente desafinadas. Confieso que nunca fueron de mi total agrado cuando yo era niño, pero ahora me pregunto, ¿qué tragedias hay detrás de cada uno de estos personajes? y creo que no todo debe ser una broma o risa en la vida cotidiana de estos ciudadanos de nariz roja y ropas holgadas. Por eso mismo creo, aunque para muchos sea solo fantasías, que cuando un payaso está enojado, enojado de verdad, sería más fácil para él cometer un crimen por alguna injusticia en contra de su integridad o la integridad de esos pequeños seres para quienes trabajan, por la integridad de su obra.

La integridad de la obra de cada payaso, también es su propia vida, una vida llena de momentos normales, iguales a toda persona, su labor es un trabajo, un oficio que muchas veces es heredado generación tras generación, hasta verse roto por algún miembro de la familia que decidió estudiar alguna carrera técnica o dedicarse a otras actividades distintas a las de hacer reír a la gente.

Ellos también se enamoran, igual que todos nosotros, ¡¡¡”pero cuidado con eso”!!! Porque es justamente eso, lo que a los que ya estamos locos nos vuelve más locos todavía, en el intento por alcanzar el amor de nuestras vidas, cegados por el mismo, ahuyentamos la cordura y abrazamos el furor.

Matamos y después no sabemos por qué, pero si nos damos cuenta que lo que hicimos, lo hicimos con el coraje suficiente que el amor hacia alguien nos inyecta,  por esa pasión que sentimos por lo que amamos y no queremos perder.



JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A. 

      

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