jueves, 19 de mayo de 2011

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“Una enredada historia política de amor”

“Cuando el amor llega así de esa manera, uno no se da ni cuenta”. Quisiera empezar con esta frase tan conocida por todos nosotros como cliché a la hora de hacer apología del amor en una película donde la violencia es ejercida por actores políticos con un interés patriótico de origen pero con dudosos accionares.

Para ser una cinta del 58, enmarca muy bien la historia política del hoy, del ahora, de este presente tan convulsionado en todas las esferas imaginadas. De todas maneras es un complejo y estructurado meollo, todo ese asunto de “la patria” alrededor de lo complicado que se puede convertir si nunca logramos entender de qué se trata todo esto. Más que el puro amor, es un sentimiento de poder ideológico por un país que apenas tiene asomos de Nación, aunque no hablo específicamente de Polonia. Sin embargo, es ella quien debe asumir en la mentalidad de cada individuo el compromiso de crear un Estado Nación para el bien de todos los ciudadanos.




Pues precisamente eso también es amor, un amor distinto al que generalmente sentimos por nuestros seres queridos o por aquella persona que simplemente acabamos de conocer, en muchos casos es más fuerte el amor por “la patria” que por nosotros mismos y quienes nos rodean, algo radicalmente enfermizo y dañino pero que en la mayoría de los casos no deja otra opción si no seguir cultivando lealtades perdidas por la fe despótica depositada en el poder y otras veces por la esperanza de cambio, tanto a un nivel social, como en uno personal.



Acostumbrado a matar por amor a un país, el protagonista de este filme desea dar un cambio a su vida cuando el amor aparece en el momento menos esperado. Descubre que la manera en que su vida se desenvuelve no tiene sentido y cae en la dicotomía afligida, extenuante del amor a una mujer y su fidelidad patriótica.


La cinta tiene muchos aspectos por  analizar, “una enredada historia política de amor” como he denominado ésta obra cinematográfica del cine negro, nos sitúa en un contexto de postguerra bastante complejo, sobretodo, porque es difícil ponerse los zapatos del otro, de las personas a quienes les ha tocado caminar en cuerpo y alma por encima de las cenizas que dejan los enfrentamientos bélicos entre países. Pero queda en el fondo un brillo radiante, es el amor hecho diamantes en un mundo donde “la mierda siempre flota arriba”, en las grandes esferas.


Lo que se pueda decir, sin uno o varios interlocutores constantes, se queda en una mirada personal y subjetiva con gran valor para mi y quien pueda leerme, así haya o no visto la película, asunto que puede cambiar si el debate se amplia a términos que pueden ir más allá que una simple discusión de cinco minutos, que también es necesaria pero, si lees, escribes y si escribes, argumentas.

JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

  

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