martes, 31 de mayo de 2011

::Cine, Piel y Pedal::::Texto para el quinto fanzine del Cineclub Orbital::

::Texto para el quinto fanzine del Cineclub Orbital::


 ::Cine, Piel y Pedal::

Fugarse de la pesadilla de la realidad, en un impulso por retratarla y hacer una radiografía de ciudad, se convierte para muchos en la válvula de escape necesaria a la miserable vida rutinaria empeñada en robotizarnos.

El cine, es un juicio sobre la realidad, como expresión artística integral se complementa con ustedes, el público que siempre presente y ávido de nuevas sensaciones le da el valor que se merece día tras día, función tras función, historia tras historia.

De parque en parque, de lugar en lugar, como pasando de un sueño al otro, el cine pedalea con nosotros sin descansar por las calles de lo cotidiano para darle una mirada a la “urbe”. Las cintas se instalan en el proyector y las imágenes aparecen como parte mágica del arte, inéditos pedalazos gráficos sin rumbo se incrustan en la sensible piel del ciudadano, del espectador,  como imagen pura, no pureza moral.  Como fantasmas nos sentamos al frente de las pantallas con la intención de desaparecer al término del recorrido de los fotogramas. Pero antes, nos permitimos soportar el mundo y sus miserias en nuestras mentes, en una bicicleta, como perros sin amo, nómadas, salimos a ladrarle al cautiverio, a la injusticia, al miedo, a la calle bulliciosa, a los burdos automóviles que parecen dragones sin fuego.

Haciendo oda a la libertad, reconocemos lo que también nos pertenece, con cada pedalazo que damos, avanzamos y le damos vida a nuestra propia película, le decimos sí a la fuerza de la piel, la fuerza del cuerpo, la fuerza de la voluntad.  Después de todo, lo trascendente es creernos el cuento, es darle brillo a nuestra identidad, es amar lo que hacemos y recordar que el cine, es luz y sombra, amor y odio, equilibrio y delirio, centro y periferia, campo y ciudad, está hablando de tí, por tí y para tí.


El Jimmy.
Sociólogo.
U. de A.

1 comentario:

  1. me toco,como el tacto toca las cosas inmateriales, lo que no se atrapa con palabras ni es posible asir con letras, fotos o congelados sentidos... hay muchos códigos llenos de huellas y marcas, de localismo y especificidades que conforman lo que llaman cultura, esa rutinaria y lenta cadencia de un movimiento, la vida, que tiene u fin: la muerte. En fin son tantas las olas y los mapas infinitos de signos que abren en el ruido de fondo que no queda más que brindar por la oda de esta sociedad, llena de imágenes y películas, pero carente de Educación para comprender e interpretar la vida como imagen y máquina de observación de un cuerpo todo y público: la humanidad.
    Saludos y salud por nuestra piel, el pedal que damos abriendo trocha y larga vida al audiovisual. VHJD.

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