miércoles, 4 de mayo de 2011

::La Question Humaine::La cuestión humana::Dir:: Nicolas Klotz:: 2007 (Francia)::


Menuda cinta la de ayer en nuestro Cineclub Orbital, caracterizada por llevar al ser hasta los más íntimos estadios del corporativismo y exponer las relaciones laborales alrededor de la maquinaria sistemática de la vida empresarial, a tal punto de jactarse con sus mentiras hechas verdad.    

Se trata de la cuestión humana, la pregunta por el ser, lo que el hombre ha creado y la historia, la verdad inmersa dentro de la propia historia del hombre condensada en archivos que muchas veces dicen lo contrario a lo que es, para poder asumir una verdad menos dañina a los intereses particulares, maquillando con el lenguaje lo que sucede dentro de cada personaje y sus métodos en relación con la “estabilidad” de la empresa donde trabajan.


Un psicólogo es el personaje central de esta película, Simon, encargado de la selección del personal en el departamento de recursos humanos, es quien a través de una serie de pruebas escoge a las personas que él considera serán, quienes ocuparán los cargos óptimos para el desarrollo de su empresa, que no es suya. Por ese papel, y por el hecho de ser profesional y desempeñar bien su trabajo, es encomendado a una tarea fácil en un principio pero que en el transcurso de la cinta tomará caminos diferentes, más complejos. Virtud que es aplauída por su jefe, escoger el personal que labora en su empresa, es precisamente lo que menos tiene relevancia en esta historia, porque en realidad lo que de verdad es relevante, es lo humano dentro de la desnaturalización de la vida por conservar una imagen fundada dentro de la estructura sistémica del Estado y los demás actores sociales.


No es contar la película, es hacer un análisis de todo el engranaje político que emana de un guión bastante rígido y contundente, a la hora de poner en la vida real la metodología demagoga de la actuación empresarial en nuestros tiempos. Eso nos toca a nosotros. Es permitirnos pensar la realidad de las cosas sin una cortina de palabras sin sentido y técnicamente avaladas. Es construir a través del lenguaje de la música, la miseria humana, como se ve en los cantos gitanos y tradicionales franceses. Es salirnos de toda realidad formada para desordenarnos con los beats de la música electrónica, así, como lo hacía el personaje de la película para evadirse un rato de “la carga” generada por la tensión de reconstruir un grupo de músicos que ya no creen ni en ellos mismos.  

El lenguaje como herramienta de poder, puede llevarnos a cometer errores tan grandes que caeríamos en un hoyo sin fondo e inhumano, pero también puede ser la salvación de quienes conscientemente lo usan para evolucionar hacia el mundo que todos queremos.



JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario