viernes, 16 de septiembre de 2011

::Palíndromos::Dir::Todd Solondz::USA::2004::

 “Quiero tener muchos bebés, porque así siempre tendré alguien a quien querer” Aviva, Palindromes.


En una especie de continuación de otra película de este mismo director, “Wellcome to the Dollhouse” se nos muestra la vida de una pequeña mujer de tan sólo 13 años de edad. Aviva, quien quiere ser madre desde tan corta edad, busca los medios necesarios para poder cumplir con el sueño de ser mamá y así poder tener a quien querer para siempre.


Esta cinta, como la mencionada anteriormente, plantea los diferentes escenarios de una sociedad conservadora: de la sociedad norteamericana que ha abarcado con sus discursos de doble moral a casi todas las sociedades del mundo, en un impulso por crear un nuevo orden social de acuerdo a sus supuestas libertades y en donde familias como la Sunshine redefinen ese nuevo orden redecorando los valores cristianos con el supuesto poder supremo de la divinidad, capaz de cambiar hasta la vida más miserable de las personas que han sido excluidas por el hombre mismo, pero también acusando a quienes mal viven, como fue el caso de la protagonista, de quien se pensó era una puta, convirtiéndose esto en un palíndromo, cúmulo de situaciones que se pueden leer al derecho y al revés, como Aviva.


Por otro lado está la familia de Aviva, sus padres, quienes exaltando el amor que tienen por su hija, demuestran contradictoriamente, que ese amor es menos que la imagen que ellos quieren proyectar a una sociedad que los señalaría si dejaran transcurrir el prematuro embarazo de su primogénita, asunto que los lleva a tomar la decisión de abortar, independientemente de la posición negativa de su “adorada” niña. Éste hecho, cambiará la vida de Henrietta, nombre que decidió adoptar Aviva para poder escapar de una vida que no quiere vivir.



Aviva es una mujer caracterizada por siete distintas actrices y un actor, tal vez sea la intención de Solondz para poder ponernos en el plano de la vida de distintas personas en el mundo, quiero decir y con seguridad que Aviva somos todos, y todos vivimos en algún momento situaciones como estas. Positivamente la cinta contiene una posición neutral, poco sectorizada frente a ciertos prejuicios latentes en cada una de nuestras vidas, Todd deja que saques tus propias conclusiones de acuerdo a la formación de ciertos estereotipos en la construcción de tu personalidad y tus principios.


El caso de esta señorita nos recuerda todas esas cosas por las cuales hemos pasado todos cuando éramos niños, una vida en formación de acuerdo a lo que nuestros padres quieren de nosotros y que además está paralela a todos esos anuncios de televisión donde la familia es una institución incorruptible y las niñas y niños fingen en sus juegos a ser padres y madres con muñecos inanimados que nos representaban a nosotros mismos en un papel de imberbes familias.

En un guión que no es hecho para reír a carcajadas, y si lo haces es porque te ríes de ti mismo. Toda esa cotidianidad supuestamente indefensa en momentos cuando sólo jugábamos a ser grandes, es convertida en ésta película en el aspecto más grotesco,  debido ciertamente a las desviaciones que van surgiendo desde la intuición más que desde la razón, que desde la normatividad. Pero no nos damos cuenta que, desde esa intuición, los asuntos son totalmente naturales y eso es lo que nunca será aceptado por una sociedad políticamente incorrecta.


Es en estos momentos cuando la “madurez” adulta se vuelve hipocresía, queremos educar a nuestros hijos pero con el más mínimo de desviaciones, innatas en la vida del ser humano y convertirlos en unos superhombres que se adapten fácilmente a la norma para después no tener problemas con sus comportamientos, pero frustramos sus sueños y sus deseos con mantas que son relaciones de poder, para luego decir que la niñez era sólo un juego. “Entonces se descubre ese infantilismo ornamentado debajo de la seriedad de la mayoría de edad”.

En esta cinta vemos a una sociedad enferma, llena de contradicciones, sociedad que se justifica así misma en un enredo incomprensible de aceptación de unas cosas y la no aceptación de otras como el aborto, la pedofília, la exclusión, el rechazo a ciertas personas que no cumplen con un rango específico de belleza, como es el caso de Heather Matarrozo quien no quiso volver a participar en esta historia en el papel de la mencionada Dawn Wiener (protagonista de Wellcome to the Dollhouse), quién sabe por qué.


Se trata de una sensación ambigua, se trata de un enigmático mundo en el que, el pensamiento occidental se ha empeñado en desdibujar al hombre, y a su manera no ha dejado ver las cosas como son, donde queda imposible romper con los esquemas diseñados después de cientos de años de búsqueda de la tan ansiada y añorada libertad.

JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

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