martes, 27 de septiembre de 2011

::Zoo::Dir::Robinson Devor::U.S.A::2007::







Nos enfrentamos cara a cara con una controvertida película, un caso de la vida real,  un caso en la realidad de muchas personas en el mundo quienes viven en una burbuja frágil y debilitada que puede romperse en cualquier momento, si entrase en contacto con el exterior, pero que al mismo tiempo es fuerte y resistente; todo esto, de acuerdo al pensamiento individual y subjetivo que imprimimos en cada acción y que no deja, según nuestra forma de pensar, un espacio para pensarse así mismos en un contexto compartido.


Hablamos de una historia vista como Tabú en nuestra sociedad, contada de la manera más sutil e imparcial, con músicas que atraen y unas imágenes que nos hacen olvidar por un momento de que se trata ésta cinta…pero que, sin embargo, mantienen al espectador con un sentimiento de total estupor y fuerte rechazo por lo que es difícil de asimilar a toda costa; y vamos al grano: se trata de un grupo de hombres estadounidenses y otras personas del mundo granjeros y dueños de sus propias fincas y ganado quienes tienen sexo con sus caballos. El deseo sexual por los equinos y el placer que estas "bestias" pueden generar al contacto con las personas, que acostumbradas a vivir desde muy temprana edad con estos animales, comienzan a verlos no sólo como simples animales útiles para el trabajo de la granja, sino también como parte fundamental e integral de sus vidas, proporcionándoles valores que nunca encontrarán en un ser humano como ellos.


Como en una burbuja hermética, estos hombres construyen lo que para ellos se convierte en un grupo de personas completamente “normales”, donde trascienden los estereotipos sociales impuestos por una sociedad de consumo, donde conforman una amistad más allá de un grupo de alfas y omegas saltando por ahí, donde no hay jerarquías y los inunda la felicidad por la “libertad” y sus gustos y deseos carnales por estos mamíferos. Asunto normal a los ojos de sus familiares, porque no dejan de ser padres, hermanos y parientes, pero con una clara desviación sexual que únicamente es y será comprendida por las personas que viven o han vivido en contacto con este tipo de “vida al natural”.


La película como dato real, cuenta la historia relatada por las mismas personas implicadas en este caso,  un grupo de zoófilos que se reunían en un rancho de Washington, donde al parecer el bestialismo no era delito, para mantener relaciones sexualmente pasivas con sus equinos, hasta que la muerte de unos de los miembros de tan extraño club, despierta la curiosidad de las autoridades y un seguido escándalo que finalizaría en el comienzo de nuevas y ajustadas leyes frente al contacto sexual con seres sin posibilidad de consentimiento. Asunto bastante común en nuestra tierra colombiana, donde el papel activo de nuestros coterráneos, no deja de ser un acto de zoofilia culturalmente arraigado en los habitantes de las costas de nuestro país, pero que es visto como un acto de “valentía y poder”.



O sino pregúntenle a la “apenada” familia, o lean a uno de los mejores y controvertidos escritores y poetas costeños que ha tenido Colombia en los últimos años, Raúl Gómez Jattin, quien en sus poemas ensalzaba a las burras como una de sus mejores compañías y experiencias sexuales.




Sí el verdadero propósito de Robinsosn Devor es objetivar un controvertido tema como éste, ha hecho que sea prácticamente imposible para una sociedad funcional donde todo debe establecerse de acuerdo a ciertos parámetros de comportamiento en sociedad. La verdad, hay que tener una mente lo suficientemente abierta para aceptar cosas de tal calado, pero nos debe quedar claro que si con desviaciones como estas y otras que deben existir por ahí, el hombre está buscando desde su intimidad un poco de libertad y sin estar de acuerdo con éste tipo de actividades, el ser humano se atrevería a buscar  comprender un poco más, muy adentro en los recovecos mentales, de que se trata la libertad que tanto ha buscado.


Estamos pues ante una cinta que plantea una realidad, una realidad desagradable para unos y curiosa para otros. Por eso la propuesta de Robinson Devor; es algo que debemos aceptar desde un punto de vista fílmico, desde lo estético, donde la fotografía, la música y esas pequeñas y lentas escenas nos motivan a compenetrarnos con temas tan álgidos pero de una forma tan sutil como la naturaleza de lo vivido en cada escena y con lo que al fin y al cabo nos hace parte del arte.

JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

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