lunes, 23 de enero de 2012

::Estación central de Brasil::Dir::Walter Salles::Brasil::1998::

  
En la sofocante vida de Río de Janeiro se encuentra la Estación Central, allí, en ese concurrido lugar lleno de gentes de todas partes empieza esta historia que llevará a un niño llamado (Josué) a buscar a su padre a través de un viaje con determinación y empeño, donde la sangre que los une es más fuerte que la muerte.


Dora, una mujer que solía ser maestra se gana la vida redactando cartas a personas analfabetas que acuden a ella para ser escuchadas y con la intención de ser leídas en esos distintos lugares a donde sus mensajes son supuestamente dirigidos. Esta escribana, como comúnmente se les llama a personas como Dora, es una especie de negociante de la vida, sabe que, si comunica, puede  cambiar un poco el rumbo de algunas vidas, pero deja a su criterio quienes reciben las notas que ella misma escribe.  Josué queda huérfano después que su madre ha sido atropellada por un bus, y es Dora quien a pesar de su dureza y fría personalidad decide acompañar al niño por un viaje a donde no sólo se encontrará ella misma, sino también encontrará el verdadero sentido de sus vidas.


Estación Central invita a reflexionar un poco acerca de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra la infancia de los países del “nuevo” continente, de ese nuevo mundo al que mal llamamos “tercero”, un mundo al que siempre llegan tarde las políticas públicas relacionadas al bienestar de esa gran población, la cual llamamos el futuro de nuestras sociedades. Un mundo que no sabe planear, un mundo que no sabe reconocer las distintas manifestaciones cotidianas de los problemas que traen el subdesarrollo y la pobreza encarnada en un día a día lleno de crudezas, limitaciones y falta de oportunidades.


La vulnerabilidad a la que están expuestos los niños y niñas de los países del sur, no sólo de América Latina sino también los del sur de África, es una muestra de que este mundo en que vivimos está construido por adultos y para los adultos, no caben en ningún momento, siendo muy importantes, las opiniones de esos pequeños seres que hacen que la vida tome el camino de la esperanza, hacia otros rumbos distintos, donde prime la dignidad, la inclusión y la armonía entre iguales con la naturaleza.   


Sin embargo, la película nos muestra otros elementos que de forma importante se unen a un conjunto de problemáticas evidenciadas en la cotidianidad de la pobreza y el crecimiento de la población. Uno de estos aspectos, es la relación que tienen el crecimiento de las ciudades y su población con la falta recursos, recursos que vayan acordes con los planes de masificación del transporte público para cobertura total, no parcial, de toda la ciudadanía. También está el analfabetismo, tanto en las zonas rurales como en las urbanas; el problema de la justicia por cuenta propia, la supresión de vidas delincuentes por un control separado de toda institución pública que regule esta clase de situaciones. Está también la fuerte y arraigada representación religiosa en búsqueda de las respuestas que den soluciones a esa gran crisis existencial que traen los tiempos modernos.  


Salles, director de otros Road Movies como “Diarios de motocicleta” 2004 y “On the road” 2011 su más reciente película y además de obras como el segmento en “Paris je t’ime”  “Loin du 16e” 2006, es uno de los cineastas más reconocidos de Brasil, adquirió renombre después de “Tierra Estrangeira” 1995.


Esta cinta admite su propuesta por la transformación a partir de retomar valores como la tolerancia, el compromiso, la amistad y la ternura que despierta un niño al mostrar ser muchas veces más decidido que un adulto. Nos muestra la grandeza del amor, de un amor que por encima de intereses banales, lucha y resiste por el reencuentro de la sangre.  



JaimeRicaurte.

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