miércoles, 27 de abril de 2011

::TANIN NO KAO:: (The Face Of Another)::Dir::Hiroshi Teshigara::::Japón::1966::124min::


“Esperando la muerte como un gato que va a saltar sobre la cama” Bukoski

Y como un gato saltó la última película del ciclo de la muerte en el mes de abril, una cinta  recomendada para todos aquellos a quienes gustan del cine y también para los que no, igual, esa virtud de encantar y desencantar sólo la posee el arte, con todo lo relacionado a él, específicamente la película de la cual vamos a hablar en ésta ocasión.

La cara del otro,  la mía, la tuya, la del que sea, pero una cara, porque sin ella ¿a qué nos enfrentamos? ¿”A quien le damos cara si no tenemos”? Y si, en ésta sociedad en la que vivimos hay que dar es cara o venderla, no sé si en el mejor o peor de los casos, pero lo cierto es que no se puede vivir en éste mundo sin, como dicen algunos, “la identidad del alma”, reflejo del alma, vitrina del cuerpo, imagen de marca, nicho de nuestra personalidad. A todo esto se suma, después del gran problema de no contar con una cara, ya sea porque naciste sin ella o porque la perdiste en un accidente, la concepción de belleza que el hombre ha formado a lo largo de los años, es decir, la poderosa fuerza impetuosamente estética para decidir si eres Feo o Bonito.




En realidad, el problema no es simple, no es un asunto de hecho físico, sino también moral, como lo es el “cine negro”, y la moral tiene mucha más fuerza que los aspectos éticos y estéticos alrededor de los cambios de apariencia, pero al final, poder reparar un daño como éste, daría un vuelco no sólo mental sino social, a quienes padecen la “desgracia” de “ser invisibles” no “superhéroes” en un mundo lleno de éstos, “nadies” y “unos”.



La ciencia hace su aparición desde distintos puntos de vista, para resaltar el poder que tiene sobre las decisiones y determinaciones de los seres humanos en situaciones no muy comunes, pero que pasan en la vida de cualquier persona. “No podemos reemplazar ninguna parte del cuerpo por otra idéntica y con las mismas funciones, pero si podemos corregir un desorden mental”. Decía  más o menos, un psiquiatra a su paciente vendado, sin rostro, en un consultorio que luego se convertiría en un espacio para discutir acerca de cómo un implante de cara, una cara prestada, arreglaría o pondría en tal situación de desesperación interrogante, llevando al protagonista a preguntarse por la vida después de un cambio como esos y a nosotros, simples espectadores a cuestionarnos sobre ¿cómo somos realmente? ¿Somos lo que parecemos? o ¿lo que los demás ven en nosotros? ¿Eres tú, quien está detrás de esa mascara? ¿Lo que aparentas es lo que eres? La verdad creo qué, lo que puedes dar está dentro de ti.





En ésta cinta con cara ajena, no es necesario ser el más o el menos en cuestiones duras y profundas para entender lo que nos quiere decir el director y su guionista Kabo Abe; basándose en su propia novela “La Mujer de la Arena”, transmite la sencillez de un film que no quiere desaparecer en el tiempo y mucho menos en la mente de quienes ya vieron que la cara es como una huella digital, es lo único que nos hace diferentes ante la alienación y la repetición, ante el indomable demonio que existe dentro de todos y que no se cansa, no, sin alcanzar las “bondades” que las apariencias nos ofrecen.




JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.




jueves, 21 de abril de 2011

::Alienación. ::Mayo::FansCine::Cine Club Orbital::

Texto para el cuarto FansCine del Cine Club Orbital. Mayo::

Apropósito del trabajo::

Alienación.

“A las cinco de la mañana llega el hijueputa sin saludar” (Canción popular). Como diría cualquiera ahora, en las condiciones que cada persona desempeña alguna actividad ya sea asalariada o no, sin embargo, hay quienes son los HP.

Como dijo el dermatólogo: Al grano…la globalización parece haber sido la salvación a la dolorosa experiencia ocupacional que ha sufrido el mundo en nuestros días, lo digo porque antes no podía existir tal cosa sin concebir la participación de América Latina en la expansión no sólo de la cultura, que luego se convertiría en industria,  sino también del mercado de bienes y ahora los tan codiciados servicios. Parece, después de todo esto, que el hombre no posee nada más en su mentalidad, que lo que ha impuesto la libertad absoluta de los mercados, más cuando el autentico libertado debería ser tu mismo.

Cuando se habla de alineación, quiere decirse, que ya nos eres más dueño de sí, haces parte del mercado, pero también eres un producto de él:”Eres una mercancía”!!! (Marx).
Lo que haces con tus propias manos no te pertenece sin diferenciar lo manual de lo intelectual. Es algo que siempre trae consigo, en su bolsillo, un monstruo llamado Capital disfrazado de “lata de cerveza” o muchas cosas más.

La burguesía ha despojado de su enaltecido orgullo a la mayoría de las profesiones que lo han ostentado; ya no es lo mismo que antes ser un medico, un abogado, un artista, publicista, cineasta y actor, etc. Como diría la trágica poesía: “lo mismo un burro que un gran profesor”. Así son las cosas, en la industria cinematográfica las relaciones sociales también se “naturalizan”, al punto de entender la ficción como parte de la vida cotidiana de las personas, historias sacadas de una mezcla de corazón y cabeza.  Todo esto, insita a resistir frente las desavenencias del mercado capitalista, lo cual nos sumerge cada vez más en los profundos abismos marginales, llevándonos a las frustraciones constantes que sin duda alguna, no demorarán en convertirse en nuevos retoños de dura violencia y protesta encarnada. 

Por eso, no queda  nada más que decir en ésta edición, nos queda la desazón, la desesperanza y la zozobra generada por un sistema al que no le importa nada más sino las ganancias, lo rentable, porque si no es así, no sirves para nada. Entonces; como dijo la chancera: SUERTE…Por el “libre desarrollo” (Marx).


JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.




miércoles, 20 de abril de 2011

::Cartas de un hombre muerto::(Pisma myortvogo cheloveka)::

 ::Dir::Konstantin Lopushansky::U.R.R.S::1987::


Vivir encerrado en un espacio que acostumbraba ser un museo, lugar que "no" guarda secretos, que guarda la historia de la humanidad alrededor de la cosas que han hecho que el hombre se vea así mismo, por lo que ha hecho, lo que ha vivido, lo que ha sufrido dentro de su propia tragedia, es para nosotros ahora una película de ciencia ficción que obviamente no está muy lejos de ciertas realidades que podemos observar en algunos países del mundo.

La destrucción a la que en estos momentos enfrentan las regiones, para salvaguardar intereses por el poder energético y el territorio del planeta pone en entredicho la búsqueda de la paz, la libertad y la democracia. Es una farsa a la que hemos sido fieles durante los años más “mozos” del planeta, justificando un progreso que nunca ha tenido ningún vínculo con la noción justa y equilibrada de desarrollo.  

Ésta obra de arte, plantea un factor altamente reflexivo al espectador de ahora, una reflexión dedicada al papel que desempeñamos como actores en las tablas de la vida, nos pregunta por el grado de compromiso que tenemos y el sentido de pertenencia que depositamos sobre el que hacer y el cómo de las acciones cotidianas. No es un directo señalamiento hacia las prácticas gubernamentales por detener el caos, porque en realidad son ellos los que avivan el fuego cuando éste yace en la aterradora calma de la destrucción misma, aduciendo la “capacidad racional” para enfrentar una crisis. Pero sí es como lo he señalado anteriormente, una critica al mundo moderno, a un mundo sin valores y sin una verdadera razón de ser sino más que comprar para botar.

Cartas a un hombre muerto, porque son cartas escritas a un hijo muerto, es hostil a los ojos de quien está enrollado en la envoltura de papel, que no tiene otro fin sino cubrir algo. Invisibilizados por ese papel sin escritura, desarrollamos una coraza indolente, caparazón vestido de ignorancia, rancia, fascista e impunemente machista. Envueltos, con la creencia perpetua en un Dios masculino, drogamos las mentes para que funcionen en una sola dirección.

Llena de diálogos conclusos, ésta cinta argumenta la dureza con la que el hombre  propone las nuevas formas de relacionarse con la naturaleza, con el estado de cosas que proporcionan los medios necesarios y suficientes para nuestras necesidades del día a día. Desde que no exista un equilibrio, estamos condenados a la autodestrucción. Pero no todo está perdido, podemos caminar hacia los buenos modos, podemos depositar la confianza en quienes con una buena educación podrán sembrar los nuevos valores que tarde o temprano, recogidos ayudarán a que la humanidad crezca  como debe ser. Creamos en las nuevas generaciones, ellos serán quienes caminado, encontrarán la esperanza de un mundo nuevo: “Mientras respires el aire libre de la tierra, tienes la obligación de realizar con gusto tu servicio. Únicamente aquel que ha dominado el estado sin aliento está libre de los imperativos cósmicos. No dejaré de hacerte saber cuando hayas obtenido la perfección final” (Sri Yukteswar).



JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

lunes, 18 de abril de 2011

::Simón del Desierto::Dir::Luís Buñuel::1965::

El deseo carnal es en el tiempo inexorable un tema recurrente y persistente, donde hasta el más casto de todos, expira ante el más mínimo rose de alientos.

Aunque, en esta película no hay asomo de la muerte en la manera en que venia presentándose a lo largo del mes que la honra en nuestro cine club, por el asunto de ser Semana Santa, la “Semana Mayor”, como la nombran religiosos de todo el mundo. Si hay una muestra de la dualidad tan arraigada en el hombre, quien ha depositado confianza sin condición ante la existencia del mal, el Diablo como el hijo calavera del Dios, ese ser omnipresente, indefinido por quienes en sus discursos argumentan moralmente qué no se debe y qué si, según sus intereses particulares.

Para la época, ésta cinta pudo ser una clase de revolución moral, tal vez hereje a los ojos del fiel y discutida por todos, Buñuel atraviesa un desierto estereotipado sobre el bien y el mal y es notable el peso del “pecado” que recae sobre él, sobretodo por la forma de proponer la imagen real del mecías ante la mirada acostumbrada del espectador y frente a su show de penitencia “mediática” que cubre la Iglesia, la fe y los milagros inaplazables. Todo esto viene de una cultura judeocristiana empotrada en Latinoamérica, es una tendencia del pensamiento que todo lo bueno y lo malo emana de la íntima relación con los seres supremos.

La vida en sacrificio, tiene una connotación realizadora para quienes tratan de alcanzar espiritualmente un estadio perpetuo de plenitud, “(una pensión sagradamente vitalicia)” a través del sufrimiento personal. Lo cual no deja de ser también una constante penitencia para los que “creen de lejos” aquellos quienes guardan dentro de su fe, la duda acerca de la salvación, pero ¿salvación de que? Si lo biológicamente estructurado por años, nos lleva a un sólo camino, la muerte, no sin antes, libremente haber pasado por los caminos de la fertilidad hacia la preservación de la especie humana.

Tal vez, usted crea en cierto contacto espiritual y tal vez, exista de la manera en que nos lo muestran la mayoría de las religiones en el mundo, pero para mi no hay mayor contacto espiritual que el equilibrio, esa estabilidad que desde un punto de vista ontológico (lo que debería ser) pero no es, podemos realizar con nuestro entorno, con la naturaleza que está ahí afuera y dentro de si, viviente, a la espera que el hombre reflexione y establezca un contacto ecuánime, sostenible en el tiempo, para que no sólo nosotros sino también la nuevas generaciones puedan entender, comprender y disfrutar el mundo que les queda, para así poder llegar a donde siempre hemos querido llegar, la perfección. O, ¿no es ese nuestro más grade objetivo? El caso es que el hombre de ahora quiere llegar a la perfección pero por encima del otro, sin importar lo que al otro, sin nada. Y quizá éste lenguaje, al que ya hemos llegado después de miles de años, no sea el mismo desde que se inventaron las religiones, pero lo que si es seguro es que al paso que vamos, ninguna creencia salvara esta imberbe especie, llena de dolor y sufrimiento fundado que confundimos con el sólo gesto de alzar las manos hacia el cielo, esperando lo que nunca llegara.


Por eso, la pulsión por lo carnal es uno de los aspectos que mayor fuerza tienen en nuestra sociedad, o sino que lo digan los tentados sacerdotes pedófilos o los taxistas que por miserias echan mano de la inocencia en las calles de ésta ciudad para saciar sus deseos. No trato de moralizar las cosas a través de la norma, porque ella a mi también me ha jugado una mala pasada, sobretodo tratándose de mi anarquismo y vocación por la vida de forma natural. Pero, aunque respeto la vida tal y cual nos tocó, sin conformarme, no estoy para nada de acuerdo con el engaño en el que nos tienen los poderes actuales y mucho menos  justificaré los actos violentos en contra de quienes no pueden defenderse, física e intelectualmente. Tampoco mi intención es generar un debate en un tópico que no tiene fin, pero si estableceré mi posición en un mundo que no tiene dueño y algunos creen serlo. “Simón, ¡¡¡no te entiendo!!! Hablamos lenguajes diferentes”. ¡¡¡Te invito a una cerveza!!!


Jaime Ricaurte.
Sociólogo.
U. de A. 

miércoles, 13 de abril de 2011

::Morir (0 No)::::Dir::Ventura Pons::España::2000::



::“Morir, No Morir”::

¿Cómo te parece esto? Un guión para una película de cine, que tiene como argumento la muerte en situaciones y formas diferentes. Pero resulta que ésta película, dividida inteligentemente en Sketches, está basada en una obra de teatro, una puesta en escena donde el monólogo de algunos actores nos presenta la desesperación a la que cada uno de nosotros tal vez llegaremos en el momento en que la muerte se siente a nuestro lado o en el desafortunado encuentro con ella tras llevar el acelerador hasta el fondo.

No estaría demás saber de que manera vamos a morir, pues todos en alguna conversación, de esas cotidianas, hemos cargado nuestra imaginación a tal punto que casi todos coincidimos en algo:: “a mi me gustaría morir durmiendo, amanecer muerto, sin dolor y ojala sin los traumas ocasionados por una muerte violenta”. Ahogados, sofocados sin el aire que nos da la vida, atragantados por la obsesión perturbadora del otro o la propia, es la condición que presenta ésta obra en la cual se empieza por el final, la muerte. Y donde la otra posibilidad es la vida.

Sumergidos en un mar tropical, de fiesta, de jolgorio y furrusca, embelecidos por el “fruto real”, el aguardiente de caña, las flores y las más de mil fiestas celebradas  a lo largo y ancho del país, negamos el final de nuestros días. ¿Y quien no es libre de hacerlo? Todos lo somos, pero la verdad es que en eso consiste tal negación, no pensar mucho en eso porque, ¿para qué? “Si uno se muere el día menos pensado”. Por eso, “el muerto al hoyo y el vivo al baile”. Ese es el horror del mundo, la desazón, la esperanza y otra vez el desconsuelo trágico de la vida que vivimos, es la miseria humana enredada en los empujones de felicidad etílica. 

Pero que no nos coja en flagrancia La Pelona, sin antes advertir que la vida no tiene Scrip para ordenar nuestras escenas cotidianas, editarlas y vivir como todos nos lo imaginamos, tampoco podemos engañar a la muerte dejándola atrapada en una árbol como lo hizo Don Tomas Carrasquilla en su maravilloso cuento “A la diestra de Dios Padre”, adaptado éste recientemente a una obra de teatro en un lugar en el cual se paga voluntariamente a la salida. Lamentablemente acá, ahora, no existe un guión, pero no por eso podemos dejar de vivir la vida con la intensidad con la que lloramos cuando esa primera bocanada de oxigeno hinchó nuestros pulmones al nacer, no por inadvertidos podemos dejar de levantarnos todos los días de la vida con la frente en alto y orgullosos de ser lo que somos,  padres, hijos, amigos, trabajadores, vagos, tenderos, filósofos, poetas, escritores, etc. Quisiera seguir escribiendo estas líneas, pero…me..... falta.............la respiración…me………………….........due.e.e.e.e.le…………………………………………................el pecho…ahora………………mi…………………………..brazo…izquierdo…veo………borroso…creo………………que…ah…ah…ah.................................................................................................¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡no…………..lo…..soporto!!!!!!!!!!!!…ah…ah…ah…ah…ah…ah…ahahahahahahahahahahahahahahaha…………………...jeje. Si,  puede ser de otra forma.

JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

miércoles, 6 de abril de 2011

::Love and death::Dir::Woodie Allen::1975::

::La última noche de Boris Grushenko::

::Inteligente y critica::

Me duele la mandíbula de tanto reírme al ver como este director ridiculiza la tragedia humana y se ríe de ella de manera inteligente, es como ver el mundo patas arriba pero con un asomo de ingenua realidad. Es sorprendente la construcción intelectual que hace acerca de la vida y la muerte, a través de planteamientos epistemológicos que circundan todo tipo de conceptualización acerca de la existencia de “Dios” y nuestro papel en la sociedad.

La evidente guerra que los franceses y rusos justifican ansiosamente. no tiene sentido sino para quienes en su mentalidad sólo poseen un objetivo ideológico de bienestar por medio del poder.

Esta comedia, escrita, dirigida y actuada por el mismo personaje hace reír hasta el más desprevenido de los espectadores, sobre todo, por la manera en que son puestos en ridículo el orden social al cual estamos sumidos. Allen, nos presenta la otra cara de la moneda, la otra cara donde no se cree en la guerra sino como hacedora de personajes heróicos que tienen ahora las primeras planas de la historia de nuestros pueblos.   

Las reflexiones existenciales alrededor de los temas que acongojan la vida, no son del todo extraños en los diálogos filosóficos de Espinoza y Dostoievski sobre asuntos morales y valoraciones comunes, el problema es el contexto donde se discuten.
En la película encontramos un discreto acercamiento desde la parodia a la problemática mundial por el acceso al poder, parece ser que las guerras mundiales por el poder se planearon sólo para no someterse ante el otro demostrando la fuerza bruta y la “inteligencia débil”.


JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.

::La Balada de Narayana::


La Balada de Narayana::(Narayana Bushi-Ko) Dir::Shohei Imamura::
Japón::1983::130min::

Siempre he estado interesado por temas como éste, sobre todo cuando se trata de la relación campo-ciudad y la cosmología, el imaginario que se genera en estos dos contextos tan diferentes pero que se complementan. Todo lo que se vive y se muere en estos dos mundos pertenece culturalmente a años de prácticas, a las tradiciones que se niegan a desaparecer haciendo oda a la palabra como un compromiso ineludible y que hay que respetar.

Esta cinta trascurre alrededor de diferentes aspectos, uno de los más importantes es la relación que las familias tienen con la comida y todo el trabajo que hacen para lograr permanecer vivos, para extender sus familias y crear nuevos integrantes que también hagan parte de su nicho familiar, para que las cosas funcionen normalmente independientemente de las ausencias de otros  familiares que buscan una especie de unión espiritual a través de la “penitencia”, así lo veo desde donde vivo, lo curioso acá es la forma de morir,,,Una forma que se viene preparando desde tiempos atrás, por eso se planea con anterioridad algo tan especial para ésta cultura, una conexión con el más allá, si, más allá de la montaña K… Donde se hace un encuentro con la muerte directa al caminar sobre los vestigios de nuestra compañera inseparable, el tiempo y la oración.

El campo posee una  misteriosa perversión muy cerca de lo primitivo, lo cual hace pensar que estamos hablando de otro aspecto importante dentro de ésta película, zoofilia desenfrenada unida a personas enterradas vivas en un ambiente dudosamente tranquilo, donde todo sigue igual al otro día pero se siente la tensión, como es normal verlo al interior de la vida en situaciones comunes de convivencia. Podría hablar también de una narrativa extraña acerca de la visión del ser a su paso por el mundo, existe conciencia de ser que se evidencia de formas diferentes pero seguro, podemos encontrar  algunos eslabones vivientes entre las virtudes y perversiones orientales y occidentales.   


JaimeRicaurte.
Sociólogo.
U. de A.